En la penúltima semana de este trimestre, nos hemos podido sentir
aventureros, afortunados y soñadores, abriendo las puertas del colegio.
Nos han visitado dos jóvenes de
espíritu libre, para compartir con nosotros su experiencia de vida.
Estos jóvenes son Catalina Vargas y
Héctor Cordón. Cata, es colombiana y Héctor español, en concreto arnedano.
Héctor hace cuatro años, tras terminar sus estudios en la Universidad, decidió
cumplir uno de sus sueños, viajar a Latino América con una mochila llena de
ilusión para descubrir el mundo y coleccionar experiencias. Llegó a Bogotá
(Colombia) y allí empezó su aventura. Trabajó en diferentes campos y aprendió
distintas profesiones (carpintería, artesanía…). Tras pasar un tiempo en esta
ciudad y conocer mucha gente que le abrió las puertas de su casa y su corazón,
se encontró con Cata y poco a poco surgió una relación.
Juntos recorrieron distintos países
de Latino América (Perú, Argentina, Bolivia, Ecuador…) y actualmente viven en
La Florida, un municipio del Valle de Cauca en Colombia. Es aquí donde están
buscando la vuelta a la esencia, a los orígenes…a la tierra. Se dedican a
cultivar sus verduras y hortalizas de forma ecológica, destinadas a consumo
propio y los excedentes los venden a sus conocidos o a un familiar que posee un
restaurante. Trabajan artesanalmente, haciendo mochilas, estuches, collares,
pulseras… que también venden en mercadillos y por encargo.
Nos han trasmitido valores (a veces
juzgamos a las personas por su aspecto y nos equivocamos), cuidado a la
naturaleza (evitan rutas turísticas y elementos que destruyan los ecosistemas),
costumbres latino americanas (el trueque todavía en uso), sus ilusiones y su
filosofía de vida. Hemos aprendido mucho sobre distintos ecosistemas,
alimentos, trabajos…pero lo mejor de todo ha sido cómo lo han compartido con
nosotros. Han atendido todas nuestras dudas, nos han contado sus miedos y
distintas anécdotas que han ido viviendo a lo largo de su viaje. Han conseguido
crear un clima en el aula que nos ha traído paz, ilusión y esperanza por
conservar aquello que el ser humano realmente necesita: la vuelta a la esencia.
¡Mil gracias por venir chicos,
podéis volver cuando queráis!
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